quarta-feira, 18 de abril de 2012

BRASIL, DE LA RIO 92 A RIO + 20, “EL FRACASO DEL ÉXITO


Cerambicidae sp., Benjamin Constant AM, Brasil


Veinte años después de la Conferencia de Rio sobre medio ambiente y desarrollo que  posiciono a Brasil como un líder en este tema, con toda su carga emotiva, se debe hacer una revisión del cuadro que nos enmarca y guía.

De un marco moderno donde todo parecía posible navegando en la supuesta gran democracia ambiental brasilera donde todos  tendrían cabida, es claro que no es así, el medio ambiente y la Amazonia, los grupos sociales excluidos y el desarrollo sostenible retroceden frente al avance de un nuevo ciclo de destrucción de la Amazonia,  aumento de la exclusión incluyente creada a partir de los programas sociales del estado brasileiro que se desvían de la cuestión clave de la desigualdad del ingreso en ese país, Brasil país de asalariados pero no de propietarios y mucho menos de verdaderos ciudadanos.  

 La decisión brasilera de desarrollar una tecnología de explotación de petróleo en aguas profundas esta legitimando la escalada mundial de explotación de estos yacimientos dándole sobrevida a la moribunda matriz petróleo gas carbón, se ve como por ejemplo la cuestión de las Malvinas revive por la posibilidad de Gran Bretaña explorar su plataforma submarina para extraer petróleo, por fin  dándole nuevo aire al sistema político social asociado a las actividades  petroleras, en el Ártico hasta el mar de la China Meridional los países se disputan esa ultima frontera de recursos, para darle sustentación a ese modelo sociopolítico que ya nació muerto, como las dos grandes guerras mundiales lo evidencian.  

El petróleo barato, su uso para extraer agua de acuíferos profundos, mantiene vigorosa la explotación predadora de las fronteras agrícolas de Brasil en Mato Grosso, Para y Amazonas, dándole vida a los lucros de las empresas de alimentos que exportan para la China y el resto del mundo, sosteniendo el complejo de agricultura comercial basado en la monocultivo de mercancias agrícolas que alimentan a las grandes multinacionales de insumos agrícolas que contaminan con herbicidas y fertilizantes el medio ambiente. Sin mencionar la agresión que los organismos genéticamente modificados significan para la salud humana y la estabilidad de los ecosistemas agrícolas.

Esto se repite por todo el mundo en Mejico, en los Estados Unidos, en Africa donde el petróleo barato revive modelos de desarrollo que estaban comenzando a ser substituidos por modelos asociados al desarrollo sostenible y sus correspondientes sistemas sociopolíticos, significando que los avances en la democratización del Africa, de Mejico y también de los propios Estados Unidos, que ahora se sabe es una democracia restringida, se detendrán por el regreso de elites asociadas a la matriz tradicional y a los complejos militares industriales en los Estados Unidos acelerando el cambio climático y el desastre.

    
El reloj del desastre climático no para y cada nuevo pozo petrolero que es abierto, cada nueva carretera, cada nueva hidroeléctrica, cada monocultivo industrial que es plantado, cada selva que es incendiada, solo adelantan la hora funesta del desastre irreversible.  El petróleo barato esta dando la falsa idea de que es posible adaptarse al cambio climático usando la matriz petróleo gas carbon como motor de nueva infraestructura que vendría a reducir los efectos del cambio de clima, pero los vientos de Katrina , el Niño y la Niña recuerdan que esto es imposible, al menos para el 99% de la población mundial que no tiene condiciones de ir a vivir a Marte.

Si se comprueba la relación causal entre el aumento del numero e intensidad de terremotos y tsunamis con la extracción de petróleo y agua en capas cada vez mas profundas de la corteza terrestre, se estaría frente a un escenario doblemente apocalíptico.

Así las iniciativas de energía limpia, agricultura orgánica y reconversión industrial a tecnologías fuera de la matriz tradicional están perdiendo apoyo en todo el mundo y el recrudecimiento de la lucha entre países por los recursos estratégicos como agua y petróleo ponen al mundo en la senda inminente de una guerra global.

Estados Unidos e Israel están en camino de enfrentar a Iran y sus aliados en una guerra por el acceso a la energía nuclear y el petróleo, pero también para defender los valores democráticos occidentales, en ese escenario Brasil mantiene una posición camaleónica donde  se pone como adalid del medio ambiente organizando la Rio +20 y acelera su explotación de petróleo, intenta darle gas al gobierno de Iran invitandolo a reuniones y manteniendo activo comercio internacional con ellos, e intentando aparecer como una democracia plena para el resto de mundo, con un nivel de corrupción política ostensivo, Brasil es uno de los mayores fabricantes de armas ligeras del planeta y posan para todo el mundo de lideres por la paz mundial. Todo eso para ingles ver.

Esta claro que Estados Unidos y América Latina no pueden embarcarse en ese tipo de comportamiento político, mal haría Colombia en intentar legalizar el comercio de drogas sin ver sus efectos destructivos en la estructura ecológica, social y política democrática en su país y en países como los de Centro América donde la corrupción asociada a esa actividad esta destruyendo democracias jóvenes solo para alimentar la anarquía que una equivocada o interesada comprensión de la democracia quiere crear.




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